viernes, 17 de junio de 2011

Cómo afecta la radiación nuclear a las futuras generaciones

Después de la exposición a la radiación, las mujeres son más propensas a engendrar varones que hembras, sugiere un nuevo estudio.

El estudio documentó un aumento localizado en la proporción de varones y hembras nacidos después del desastre de Chernóbil y tendencias similares relacionadas con la dispersión tardía de partículas provenientes de pruebas nucleares realizadas en las décadas de 1960 y 1970. Los investigadores también descubrieron un número pequeño, pero aún desproporcionado, de nacimientos de varones cerca de instalaciones nucleares en Alemania y Suiza.

Aún no se sabe si la radiación interfiere en el esperma del padre, en el cuerpo de la madre antes del embarazo o en el desarrollo del embrión. Pero como la alteración en la proporción sexual puede indicar otros problemas de salud, el estudio plantea nuevas preocupaciones relacionadas con eventos tales como el reciente desastre nuclear de Japón.

Algunos de los primeros indicios que vinculaban la radiación con la alteración en la proporción sexual de los bebés surgieron después de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en 1945, a pesar de que los datos no eran suficientemente convincentes.

Pruebas posteriores con bombas y estudios con animales relacionaron la exposición a la radiación con un aumento de nacimientos prematuros y defectos congénitos. Sin embargo, durante varios años los datos de nacimiento fueron ignorados, a la espera de análisis más profundos.

Utilizando registros oficiales y públicos, Scherb y su compañera, Kristina Voigt, descubrieron que la proporción entre hombres y mujeres nacidos en el este y en el centro de Europa había disminuido ligeramente en las décadas posteriores al desastre de Chernóbil, en 1986.

Pero en 1987, según informaba el periódico Environmental Science and Pollution Research, se produjo un repentino aumento del nacimiento de varones en comparación con el nacimiento de hembras en esos países.

La tendencia continúo en alza durante varios años estabilizándose alrededor del 2000. En los Estados Unidos y en otros lugares, las proporciones sexuales continuaron disminuyendo por diversas razones, sin indicios de aumento hasta mediados de la década de 1980.

En general, el cambio era insignificante – de un orden de menos del 0,5% -, variando entre 1,045 y 1,06 varones nacidos por cada hembra, dependiendo del lugar y de la fecha del análisis.

Pero al aplicarse estos datos a toda la población, se estima que 440.000 niñas dejaron de nacer como resultado de la explosión de Chernóbil, afirmó Scherb. Los investigadores sospechan que la tendencia indica una pérdida desproporcional de embarazos de mujeres como resultado de la exposición a la radiación.

Tanto en Europa como en los Estados Unidos el estudio también descubrió incrementos y disminuciones en las proporciones de sexo, que reflejaban la frecuencia de pruebas con bombas atómicas. Conforme a los investigadores, estos ecos han demostrado un retraso de varios años que se correspondía con la dispersión tardía de las partículas radioactivas en la atmósfera.

Como última evidencia, los investigadores también documentaron un ligero aumento del número de nacimientos de varones cerca de instalaciones nucleares en Alemania y Suiza, en los períodos en los que las mencionadas instalaciones se encontraban en funcionamiento.

El estudio ofrece "pruebas de que el bajo nivel de radiación, cuyos efectos nadie desea, de hecho produce un efecto”, garantizó Scherb. "Y este efecto es bastante significativo en números absolutos”.

Se ha demostrado que la radiación ionizante – o tipo de radiación emitida por bombas y plantas nucleares – altera el sexo de las moscas de la fruta y de las ratas, declaró Karl Sperling, del Instituto de Genética Humana de la Universidad de Berlín. Sperling sospecha que la exposición a la radiación puede afectar al ADN en las primeras divisiones celulares después de la concepción, un período muy vulnerable.

Si la radiación puede influir en las proporciones sexuales de esa manera, pueden existir motivos de preocupación en relación con otras exposiciones ambientales, añadió.

“Existe una necesidad urgente de realizar estudios epidemiológicos analíticos sobre otros peligros ambientales, que pueden conducir a la revisión de las directrices internacionales para la seguridad radiológica, concluyó”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario